La caza de la mulita y otros relatos
Por: Luis A. Fleitas Coya
Seis relatos con prólogo de Alicia Torres y nota de contratapa de Alfredo Alzugarat. Premio Diploma de Honor en el XXI Concurso de narrativa de Banda Oriental, en el año 2014.
Información
La caza de la mulita, el relato más extenso e impactante, se atreve a abordar el tema de la guerrilla rural en Uruguay. Ray Charles, un texto entrañable y removedor sobre un adolescente negro que transita juzgados desde su infancia. El puente de la vía narra el peculiar encuentro entre dos disímiles muchachos y el destino fatal de uno de ellos. And I love her reconstruye el mundo de la adolescencia, los bailes, y los partidos de fútbol, a través de la historia de un pequeño héroe y su primer amor. En Aullidos después de la lluvia, el más misterioso y ambiguo de estos cuentos, un perro detenta un lugar determinante en la narración, y muestra tal vez el sinsentido de la vida. Por el camino a Lascano, finalmente, refiere a un niño, su padre y su abuelo, una cacería de patos, y el poder y la magia de la lectura.
Entrega de premios
XXI Concurso Narradores de Banda Oriental
Minas, 26/7/2014
Lanzamiento
07.10.2016. Colegio y Liceo Juan Zorrilla de San Martín, Hnos. Maristas
Entrevistas
07.12.2016. Canal 5. En la mañana de TNU. Periodista Álvaro Carballo
12.6.2017. La máquina de pensar. Radio Uruguay. Periodista Pablo Silva Olazábal
23.9.2016. Emisora del Sur. Periodistas Alfredo Escande y Numa Moraes
Entrevista 12.12.2018 Semanario El Pueblo. La luna sobre la pasarela. Periodista Alfredo Valdez
Comentarios
Luis Nieto. 23/4/2014
Hola Luis.
Te pido disculpas por la tardanza pero cuando leí “La caza de la mulita” quedé impactado y pensé que más que escribirte sobre mi punto de vista era elemental hablarlo personalmente. Los días pasaron, después Pablo se fue una semana a Buenos Aires con la novia y recién ahora voy sacando la cabeza pero todavía no sé cuándo podré ir a Montevideo, así que aunque después nos encontramos te tengo que hacer esos comentarios.
Lo primero es que quedé sorprendido por la temática. Por el tema en sí y por el ambiente, que me trae tantos recuerdos, y que describís con propiedad. No es la típica historia de mirada montevideana. Lo que yo encuentro es al revés, la mirada de un corralense que describe una situación que escapa a la mirada bucólica de paisajes y costumbres. De alguna manera yo encontré, en la presentación de la historia, una propuesta que no necesita forzar nada, todo está dicho con naturalidad. Si se quiere es una historia del interior donde nada parece ser observado desde afuera. Los campos de mulitas, la descripción de los vecinos, y no esa mirada abstracta del que no conoce y habla de los latifundios interminables, a lo sumo al escritor se le ocurre un apellido rimbombante. Esos campos están descriptos tal como son, como yo también los conozco.
Pero después está lo otro, la historia en sí, que también me sorprendió, porque nunca habíamos hablado de esto. Vos no podés haberte basado en los libros que se publicaron en Uruguay sobre este tema, que fue poco conocido. La mayor parte de las historias publicadas tienen que ver con Montevideo, muy poco y nada se ha hablado de lo que pasó en el interior, y mucho menos descripto con tanto detalle y exactitud. Te juro que empecé a hacer memoria para ubicarte en algún lugar conocido. Vos lo tenés que haber vivido para contarlo así. Muy pocos supieron cómo pasaron las cosas, y mucho menos que hubiesen captado el clima de lo que pasó. No encontré nada que surgiera del libro de Haberkorn, salvo alguna pincelada. Yo no creo que se te haya ocurrido esa historia sin haberla sentido mucho. Al menos lo poco que se escribió, que es realmente poco, no te puede dar tantos elementos como para hacer una historia en una tatucera, en medio de los conflictos que vivimos con la 15, respetando con tanta sensibilidad, y sin caer en el panfleto, la historia del Rulo.
Hay, además, otras coincidencias, como la relación con Homero Macedo, y su libro sobre la historia de Treinta y Tres, donde él trata con crudeza la vida de los matreros. Cuando vivíamos en España tuvimos una larga y estimulante correspondencia con Homero en torno a este tema. El defendía el trabajo, el progreso, y yo justificaba la conducta del matreraje, muchos de los cuales eran tremendos sanguinarios, como el Paraguay, por ejemplo. Para mí, El Clinudo fue un personaje fuera de serie, sus muertes fueron por alguna mujer o en duelos criollos, de frente. Además de tener una muerte terrible, fue un artista, un hombre joven lleno de talento, como lo rescata el Cnel. Viglietti. Toda esa parte de tu historia yo también la viví en relación a Homero y su mujer, Isabel, que fue mi profesora de Español.
De pocos kilómetros a la redonda vos sacás una historia fuerte, llena de situaciones, que no se agotan en la anécdota de la caída de la tatucera. Vos traés retazos de vida de esos milicos que van a un procedimiento, sus procedencias, sus temores, la relación con sus oficiales. La tremenda reacción de Nilsa frente a la confesión del Overo, y su afecto, que no es del amor de las parejitas, por el Rulo. También el Rulo, estando entre las piedras pensaba en Nilsa, tampoco en el amor sino en lo que la vida le daba de a ratos. No hay edulcorante en esas vidas, son pulpas gordas, es la historia de un negro de pelo hirsuto, que no tiene un final feliz, porque si se salvaba de los milicos no se hubiese salvado de Eugenio. Yo conocí a algunos como Eugenio, y ese remate que vos le das es muy coherente con los recuerdos que guardo de algunos, duros para juzgar y flojos para aguantar.
Yo te podría decir, y te digo: “A mí me gustó”, pero eso no haría honor a lo que pienso. Lo que yo pienso es que esta es una historia importante. Yo no sé si la llevaste así como está a Fin de Siglo o si está junto a otros relatos. Lo digo por la extensión. No daría para un libro, pero es una lástima que esto se quede así. Está muy bien escrito, hay saltos de tiempo que hacen que la historia gane en concentración y no se pierda en detalles que pueden enfriarla. Conseguís darle tensión y si en algún momento el final se puede adivinar, las varias líneas acumuladas no te dejan estar seguro sobre lo que va a pasar. Lo que se sabe es que va a pasar algo. Tal vez en el relato del Overo, cuando dice que los cazaron a todos saliendo de la tatucera hay un espacio de tiempo que no queda bien claro, porque el Rulo consigue dar la alarma, ven los movimientos de los milicos, y no está claro que hayan vuelto a la tatucera a esconderse. Esa fue la sensación que tuve al leerlo pero supongo que vos lo habrás escrito y revisado, y debe haber alguna explicación que se me escapó al leerlo, y ahora estoy escribiendo de memoria, pero lo voy a releer cuando vaya a Montevideo, y si tenés tiempo para juntarnos un rato.
Lo más práctico es que vos me digas cuándo te queda bien, porque ahora ya estoy más aliviado de trabajo y voy en un rato, y así como voy vuelvo a la tatucera. Vos decime cuándo te queda bien y yo arreglo. Esta historia tuya me ha dejado lleno de preguntas, puedo adivinar algunas respuestas, la mayoría de esas preguntas son partes de una historia conocida, que no creo hayas sacado de los libros sobre el tema, casi todos, o todos, escritos desde una visión muy montevideana y desde las virtudes no desde la realidad humana. Espero tu respuesta.
Un abrazo y felicitaciones,
Luis