Finlandia

Siempre le erramos

Luis A. Fleitas Coya

y qué que fuera un homenaje a la escritura teatral de Pascal Rambert ese talentoso escritor francés nacido en 1962 volcado a los conflictos individuales en la sociedad contemporánea y en sus momentos críticos nacimientos muertes amores y rupturas amistades paternidades o maternidades en  Deseo Clausura del amor Arquitectura que vino a Montevideo a dirigir Finlandia para la Comedia Nacional en tan solo nueve ensayos eligiendo a Diego Arbelo y Stefanie Neukirch como actores para la obra y qué que lo fuera bien se lo merece ese texto volcánico sin signos de puntuación en un todo corrido la palabra convertida en locomotora desbocada que sube y baja por cimas y abismos sin dar respiro a los actores que hablan y vociferan a toda velocidad y a los espectadores pegados a sus butacas conteniendo el aliento desasosiego pena lástima rencor miedo ira de esos dos dándose de punta sobre el escenario diciéndose de todo vociferándose escupiéndose lo que ven en el otro lo que odian y aborrecen o serán sus propios miedos y horrores personales que salen a contraluz a las 3:45 de la madrugada bajo la iluminación implacable que encandila el cuarto de hotel todo blanco paredes lecho sábanas y almohadas mesas de luz a donde Diego ha arribado  manejando como un desenfrenado cuatro mil quilómetros de un tirón desde Madrid a Helsinski llevando su alma en vilo cual trapo al viento para encontrar a Stefanie y a su hija Nina e increpar y aullar y llorar y amenazar y suplicar allí dentro de esas cuatro paredes en un duelo frontal mano a mano con Stefanie con diálogos estancados en longilíneos monólogos alternados un macho destilando sus celos atroces su deseo posesivo su prepotencia y acusando todo el tiempo a su amor de ser una descuidada de la casa y de sus deberes de madre de irse de giras como actriz de cine comprada por las multinacionales de la industria y de acostarse con todos los compañeros y de tener sexo y gozar sin él y no menos Stefanie deconstruyéndolo como perdedor consumado consumiéndose pobre actor teatral provinciano en la antigualla del barro de un dogmatismo político que ya no significa nada en un impostor de la vida inauténtico y sórdido qué tristeza de quién fuera el amor de su vida se acusan se rompen se desgarran qué buscan qué quieren qué intentan son lo que son o son lo que el otro dice nada puede extraerse nada puede concluirse todo rueda en la nube atroz de la ceguera ninguno reconoce al otro Escenas de la vida conyugal bergmaniana bastante más cruel y exasperante el resentimiento vitriólico sobre los restos del amor aniquilado la nada hiperbárica del exterminio pero Diego nunca llega a ser el virulento solo vislumbrado embrión en su discurso es Stefanie quien lo agrede hiriéndolo con un sacacorchos y luego amenazándolo con una punta afilada de espejo roto Stefanie es quien lo echa lo expulsa andate agarrá tu bolso y andate y Diego ordena implora ruega que se vayan con él ella y Nina cuando aparece cerca del final la niña lo hace muda digitando su celular y escuchando música con audífonos mientras sus padres continúan desgarrándose frente a ella diciéndose que jamás le cederán uno al otro al tenencia y que ni les hablen de tenencia compartida que todo terminará ante la juez con  abogados de por medio la niña es el trofeo a conquistar o es el único resto de amor que quieren conservar acusándose de locos uno al otro imposibilitados de asumir su cuidado no hay respuestas ninguna solución nada que vislumbrar ningún amanecer solo la inocencia de Nina pidiendo al final que le traduzcan la canción que escucha y qué que sea también un homenaje a dos enormes actores en formidable duelo actoral Stefanie Neukirch Diego Arbelo que asumieron sus papeles que el autor nombra igual que los actores que los interpretan con todo el profesionalismo dedicación esfuerzo y compromiso que la convocatoria exigiera haciendo suyo un texto imposible para la memoria solo asequible desde el sentido interno como explican al público luego de finalizada la función en media hora adicional de diálogo directo Comedia Nacional Viva mediante demoledor ejercicio en que desnudan el pacto ficcional y la suspensión de la incredulidad para hacer de la mentira realidad y cómo sufrir en carne propia  la asunción introyectiva de los personajes en palabras de Arbelo luego de las cuatro funciones semanales de jueves a domingo destrozados los lunes recuperándose los martes y mejorando los miércoles para volver a enchastrarse los jueves y así y en palabras de Neukirch vislumbrando que el final pudiera ser uno u otro según cada función y muchas veces ni eso un híbrido y es que Pascal Rambert escribe para la gente de su tiempo dice al ser reporteado equivocándose siempre como nos equivocamos todos en nuestras vidas y qué si todo esto no fuera más que un viva el teatro que no ni no

Finlandia. Comedia Nacional. Sala Verdi. Jueves, viernes y sábados 21 hs. Domingos 19 hs. Autor y Director: Pascal Rambert. Actores. Stefanie: Stefanie Neukirch. Diego: Diego Arbelo. Nina: Julieta Correa. Escenografía e Iluminación: Leticia Martínez.Sonido: Rafael Seleguin. Traspuntes: Lucía Leite, José Pagano, Carmen Barral. Escenografía: Santiago Rebollo.